Por muy idealista que parezca esta afirmación, cualquiera que practique estas simples posturas con frecuencia, comprobará que es absolutamente cierto.
En tiempos vertiginosos en los que estamos cada día más expuestos a todo tipo de estímulos y contratiempos, el Yoga aparece como un salvavidas en el momento preciso, ofreciendo una vía de escape al estrés y de conexión con uno mismo. A través de sus prácticas, uno aprende de su filosofía y sana al mismo tiempo aspectos físicos, emocionales, mentales y espirituales.
Conocí a mi profesora Ruth hace unos meses, y aún me sigo emocionando y sorprendiendo con cada clase que tomo, porque siento que el trabajo que hago opera en tantos niveles en mi vida, que mi deseo más profundo es que todo el mundo descubra los beneficios del yoga. Corregí mi postura, estilicé mi figura, gané flexibilidad y fuerza, pero sobre todo, siento mucha paz interior, amor, agradecimiento… Y una conexión conmigo y con todo lo que me rodea, que hace que la vida tenga un mejor sabor.
Así fue como le propuse a Ruth que hagamos un artículo sobre 5 ejercicios que cualquier persona pueda practicar para mejorar su calidad de vida, y éste es el resultado. Puedes hacerlos en cualquier momento del día y si te comprometes a practicarlos diariamente (al menos 3 minutos por postura), verás los resultados mucho antes de lo que te imaginas:
ARDHA SIDDHASANA
Partiendo de esta posición de meditación, puedes practicar un maravilloso pranayama llamado Kapalabhati, en el que activas tu energía vital haciendo foco en la respiración, por lo que es especialmente ideal para hacerlo por la mañana (o si lo haces por la noche, simplemente reduce la cantidad de series y repeticiones). El ejercicio consiste en una vigorosa respiración nasal en la que te concentras en la acción y el sonido. En la foto verás que las manos están colocadas en el mudra Gyan (que estimula el conocimiento, la sabiduría, la receptividad y la calma) pero a partir de esta posición, el ejercicio admite muchas variaciones: con las manos posadas sobre los muslos, o en el vientre, o los dedos tapando intermitentemente la nariz, o los brazos en diferentes formas. Al expulsar el aire intensamente por la nariz, también activas el movimiento abdominal. Notarás como el vientre se recoge hacia dentro cuando expulsas (puedes ayudarte apoyando tus manos allí para comprobar que lo estás haciendo bien hasta coger un buen ritmo), y repites esta acción contando cada exhalación (la inhalación se da de manera espontánea, sin pensar). Puedes hacer 3 o 4 series de 40 hasta 120 repeticiones, dependiendo de tu capacidad.
MATSYASANA
A través de esta postura de apertura (también conocida como la posición del pez) abres la zona del pecho, el tórax y el plexo solar. Cuando sientes miedo, depresión, ansiedad, lo primero que haces es cerrar esta zona y dejar de respirar bien. Al crear esta expansión en el chakra anahata en el corazón, empiezas a abrirte a la vida, a confiar, el riego sanguíneo aumenta, y va subiendo la sangre y el oxígeno a través de la carótida. Aireamos el cerebro y despejamos la mente, y nos damos cuenta de que somos algo más que cuerpo, algo más que mente, que hay algo más de la energía física. Es una postura que ayuda a recuperar la confianza y el poder personal.
HALASANA
En esta postura (conocida como “el arado”) balanceamos el trabajo hecho en la anterior y trabajamos más la conexión con uno mismo, sobre todo activando nuestro sistema nervioso parasimpático. Practícala respirando con sonido en “Ujjayi”, y verás como te va llevando más hacia dentro, conectando con una respiración lenta y una expulsión larga. Así te vas entregando y abandonando con confianza, y te dejas llevar. Como es una postura invertida, también puedes practicarla al final de la sesión. Mejoras la digestión, entrenas el equilibrio, estiras la espalda y los músculos, y fortaleces los abdominales.
ARDHA VAKRA JANU SHIRSHASANA
Las asanas de torsión se compensan a si mismas, porque trabajas hacia un lado y hacia el otro. Así operas con ambos hemisferios del cerebro —por un lado el izquierdo que es más racional, de acción, física (lo que arquetípicamente se considera como energía masculina), y por otro lado el derecho (que viene a representar la energía femenina) más sensible, amoroso, receptivo—. Compensamos ambas energías que todos tenemos dentro y buscamos un equilibrio interior. Cuanto más tiempo le dediques a cada postura, más profundo entras en la acción terapéutica. Entonces, si lo que quieres es bajar de la mente al corazón y dejar de pensar para sentir más, lo ideal es que le dediques una buena cantidad de minutos a cada lado, respirando conscientemente. Y este tip aplica a todas las posturas.
KAPALASANA
Llegamos a la posición estrella —y a nivel técnico la más avanzada, pero hay muchísimas variaciones de esta postura al igual que el resto, por lo que lo más importante es que te sientas cómodo realizándola y que de ninguna manera fuerces a tu cuerpo si notas alguna incomodidad—. Consiste en invertir el cuerpo y mantener el equilibrio. Esto permite que lo que hemos obtenido con las posturas anteriores se multiplique. A nivel orgánico, inviertes la posición de todos los órganos y el corazón, permitiendo que un torrente maravilloso de nutrientes vayan a los centros superiores y a la cabeza, facilitando que el prana llegue a los centros energéticos más elevados, que son los que nos conectan con la energía del universo.
El bonus track (e igual de importante) es la última postura, SAVASANA, en la que simplemente te recuestas sobre tu espalda en el suelo, dejando que el cuerpo se entregue al peso de la gravedad, con las piernas sutilmente separadas, los brazos estirados a cada lado con las palmas hacia arriba y los ojos cerrados, respirando lenta y profundademnte, sin pensar, dejando ser. En esta postura el cuerpo y la mente se relajan y asimilan todos los ejercicios realizados. Afloran imágenes, emociones, todo lo que eres, y puedes sentir el efecto de la práctica en cada célula de tu cuerpo.
Ruth Acedo Silva comenzó su camino en el yoga 20 años atrás, cuando no era conocido y estaba visto como una rareza, recuerda que muchos pensaban de la práctica con desconfianza, “como un tipo de secta”. Su hermana y un amigo la invitaron a probar y durante la primera clase en la que empezó a bostezar, a soltar, a respirar profundamente, desbloqueó tantos aspectos y se conectó de una manera tan directa con sus sentimientos, que lloró —puedo decir lo mismo de mi experiencia y a lo largo de los años he visto que es muy normal que así sea— y entonces supo que su búsqueda había terminado y ése sería su destino.
Después de los 4 años de carrera que, junto a una amiga, escribieron un libro llamado “Mujeres en Marcha”, proyecto de apoyo psicológico en el Centro de Acogida en Odisha, India, en la que aplicaron la técnica de la Yogaterapia. A través de esa experiencia lograron que este grupo de mujeres que vivían atrapadas, sin poder salir de allí, sin comunicación con el mundo exterior y con mucha violencia entre ellas mismas, aprendieron a comunicarse desde el amor, a mirarse a los ojos, a tratarse con respeto y a abrir su corazón para vivir mejor. Esto plantó una semilla de esperanza que derivó en la producción de inciensos y otros productos que pudieron vender para poder tener un sustento y plantearse un futuro mejor.
Ruth es muy creativa y le gusta experimentar con los diferentes tipos de yoga, y principalmente sigue la línea de Satyananda y de la Yogaterapia. Sus clases son profundas y increíblemente reveladoras, con una alta carga de meditación activa y de reflexión que ayudan a la mente a bajar las revoluciones y a ponerse en su sitio. Hace 4 años que llegó a Ibiza y se enamoró de sus paisajes y su gente. Comenzó dando clases particulares y ha impartido en varios sitios, incluyendo clases para niños en Circolar, el centro de Ayurvida, en BFit y Open Space, un centro en Santa Gertrudis rodeado por el bosque. Podría decir mucho más de sus clases y siempre me quedaría corta, por lo que creo que lo mejor es que tengas tu propia experiencia.
Puedes contactar con ella para informarte sobre sus clases grupales o individuales al 692 640 767 o por mail escribiendo a Ruthlunes@gmail.com
Espero que hayas disfrutado de estos ejercicios y que te animes a incorporar la práctica del yoga en tu vida, y si puedes compartirlo con tus seres queridos, mejor. Estoy convencida de que el mundo sería un lugar mejor si todos nos dedicásemos al menos un rato por día a conectar con lo más profundo de nuestro ser.
Namaste