A un lugar como Atlantis, hay que ganárselo. Uno no puede simplemente sumergirse en ese espectáculo surrealista sin al menos, sudar un poco.
Sa Pedrera de Cala D’Hort (así es como se llama realmente Atlantis) es una vieja cantera de piedra marés que utilizaron, entre otras cosas, para levantar las murallas de Dalt Vila. Lo que quizás no sabían, es que al extraer los bloques de piedra y llevarlos a Vila o Sant Antoni en barco, estaban creando allí una construcción igual de majestuosa.
Los cortes en la piedra tallaron surrealistas paredes asimétricas y huecos profundos que al llenarse con el agua del mar, se convierten en piscinas naturales. Por mucho que intente describirlo y aún viendo las fotos más bonitas, nada se compara con estar ahí, caminando por un paisaje tan increíble, como una obra de arte interactiva que vas descubriendo a medida que la recorres.
Para llegar (ahora viene la letra pequeña del contrato) tienes que andar siguiendo los caminos que bajan por una profunda y larga pendiente, abriendo su paso entre las piedras y los arbustos durante un buen rato.
Se tarda 45 minutos aproximadamente en bajar, dependiendo del ritmo de cada uno, y se sube un poquito más rápido. No es una excursión recomendable para nadie que no esté en buen estado físico, embarazadas, abuelos o aquellos que sufran de vértigo, ya que la aventura puede ser no tan divertida.
Si te preguntas qué relación tiene este rincón con la famosa tierra perdida de Atlántida que tantos personajes de la historia ansiaron encontrar, la respuesta es más bien poética. Los hippies que encontraron el tesoro mejor escondido de la isla allá por los años 60, comenzaron a llamar Atlantis a Sa Pedrera, en honor a aquella isla mítica y a sus templos hundidos que aún nadie ha hallado.
Aún así, la magia del lugar es la misma, seguramente potenciada por la energía positiva que tantas meditaciones y encuentros espirituales se han celebrado en este sitio, completamente aislado de la tecnología y el mundo moderno.
No hay carteles que indiquen el camino pero puedes guiarte con la localización que se ve en el mapa para entender por dónde ir.
Y si te quedan energías, allí cerca tienes la Torre Des Savinar, también conocida como la Torre del Pirata o del Cap des Jueu, construida en el siglo XVIII para vigilar las costas de la imponente Es Vedrá y Es Vedranell. Las vistas son espectaculares.
Es un rincón muy especial para los que amamos la isla y la única manera de que se mantenga intacto, es protegiéndolo de nuestra ignorancia humana. Por eso, por favor no dejes ningún rastro y si ves algo de basura, recógela. Cuida a la isla y la isla te cuidará a ti.
Detalles clave a tener en cuenta: llevar un calzado cómodo y resistente, protector solar, agua y alguna fruta para amenizar el viaje, ya que las horas se pasan volando y el cuerpo lo agradece después de tanta acción.
Por último, si vas, no olvides de compartir tu viaje con nosotros. Agrega #mysecretibiza y etiquétanos en tus fotos, así entre todos nos inspiramos a seguir descubriendo los rincones de esta preciosa isla del Mediterráneo.
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Foto de portada: videomapa.es